El retablo gótico de la ermita de las santas Justa y Rufina, de Lliçà d’Amunt, en el Vallès Oriental, pintura al temple sobre madera, a finales del siglo XV, en el taller de la familia Vergós (probablemente por Rafael Vergós). Ingresó en el Museo Diocesano de Barcelona en 1916.
Las santas Justa y Rufina nacieron en Hispalis (Sevilla) en el siglo III y se dedicaban a la alfarería (por eso son patronas del gremio de alfareros). Una de las escenas del retablo, la del ángel destruyendo una imagen de Adonis, acontece en una alfarería. Las dos hermanas fueron martirizadas por obligarlas a abjurar de su fe cristiana y condenadas a ir descalzas hasta Sierra Morena. Ambas escenas están también representadas en el retablo. Otra de las escenas hace referencia a la leyenda catalana según la cual las santas descubrieron que un tabernero vecino aguaría el vino haciendo pasar el líquido por una criba. En la predela están las imágenes de san Miguel, un obispo santo, el Cristo de la Piedad, san Antonio Abad y san Sebastián.
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