Este tipo de piezas conocidas comúnmente como “cajitas celtibéricas” es, dentro de las producciones “cerámicas singulares” vacceas, el que más atención ha recibido de los investigadores, sin duda por su peculiar forma: caja rectangular apoyada, generalmente, sobre cuatro patas y con un asa -que a veces proporciona una silueta que recuerda a los verracos- y por una muy cuidada decoración excisa, consistente en la extracción de la arcilla fresca, a punta de navaja en planos inclinados contrapuestos, que conforma unos motivos decorativos geométricos, que suele recubrir todo el espacio exterior de la pieza. Este ejemplar, encontrado en la tumba nº 10 de la necrópolis vaccea de Palenzuela (la antigua Pallantia prerromana), es un buen ejemplo de estas cajitas.
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